Historia
En 1871, Felipe Layana abría en Pamplona un establecimiento dedicado a la elaboración de galletas, azúcar, chocolates y ceras, en el número 4 de la Bajada de Carnicerías, actual Plaza de los Burgos.
Pasados unos años, sus hijas toman el relevo de la tienda y deciden centrase en la confitería y en la elaboración de pastas de té. En 1953, la tienda se traslada a su ubicación actual en la Calle Calceteros número 12, muy cerca de la Plaza Consistorial.
En la actualidad, las pastas de esta casa se han convertido en el dulce típico de Pamplona. Un manjar artesano siempre presente en las sobremesas y celebraciones familiares o entre el equipaje de quienes visitan la ciudad.
Gracias al respeto por la tradición, la receta y el proceso de elaboración se han mantenido intactos generación tras generación. El resultado son unas pastas con un sabor y una textura únicos, herederas y guardianas del legado de Felipe Layana.